La torrija es uno de los postres más antiguos que conocemos. Consiste en una rebanada de pan (habitualmente de varios días atrás) que es empapada en leche, almíbar o vino y, tras ser rebozada en huevo, se fríe en aceite
Los expertos piensan que se debía a la necesidad de aprovechar el pan sobrante durante el tiempo en que no se podía comer carne. También a la capacidad de este alimento para llenar el estómago sin ofender las creencias.
INGREDIENTES
Leche
Pan
Nata
Azúcar
Cáscara de limón
Cáscara de naranja
Canela en rama
Huevos
Aceite de oliva
Miel
Cortar dos barras de pan del día anterior en rodajas de unos dos centímetros y dejarlo partido la noche antes. Hervir 800 ml leche 400 ml de nata junto con dos ramas de canela las cáscaras de limón y naranjas y cuatro cucharadas soperas azucar, dejar enfriar.
Echar poco a poco la infusión de leche sobre el pan, le daremos la vuelta para que absorba por ambos lado los líquidos.
Batir tres huevos. Preparar un sarten con aceite de oliva e ir pasando el pan con cuidado que no se rompan, por huevo he iremos friendo.
Pondremos en una bandeja con papel absorbente las torrijas una vez fritas. Preparemos la miel, en un cazo pondremos unos 300 grmos de miel junto con 150 ml de agua y lo llevaremos a evollucion a fuego lento.
Vamos empapando nuestras torrijas.
Apartarnos en una fuente, ya están listas para saborearlas